Esta parte de mis escritos están dedicados a dolores emocionales que llegaron golpeando cual martillo destrozara un mural con sedimentos hechos de concreto. Son palabras escritas con la escasa luz que queda al soplar y extinguir el fuego de la vela en una habitación oscura, aquellas incertidumbres de adolescencia quedan plasmados en estas letras alocadas y que buscan cobrar sentido para quien decida emprender la odisea en leer -aunque fuese- tan sólo uno de los cuentos o poemas. Les dejo esta parte de mis historia, que nuevamente me nace compartir con todos, así pido perdón por quien encuentre lo que no busca en estas palabras, y espero reflejen aunque sea un ápice de un sentimiento cercano al que hayan tenido que asimilar:
~Boleto para un Tren~
Puedo ver crecer el cielo a mis espaldas,
caminando sólo frente al llano desolado.
y el río desemboca en el cauce de la vida,
y un cuervo morado nos entierra las espigas.
Puedo ver al hombre muerto y acabado,
cuando se hizo eterno y enmarañado.
Creo sentir en la brisa húmeda sobre mi piel,
la textura misma de la perla sabor a miel.
Bajo el aullido de un perro ladrando a la luna,
construyo la lluvia que cae sobre un farol,
el fuego se apaga, la vida se extingue,
no hay estrella que cuide el camino de las almas.
En la niebla oscura de la noche friolenta,
una hoja cae al suelo de color marrón,
una gota se cristaliza antes de dar con el pavimento,
y una sonrisa se fugó de tu corazón.
¡Dolor celestial!, ¿por qué no quisiste mirar hacia atrás?,
castigo divino para un espíritu justo,
porque dolor queda en las sienes de mi memoria,
Abandona mis fuerzas e inquieta mi aura.
El fuego se apaga, la vida se extingue,
fugaz esencia y frágil consistencia,
el tiempo te llama, y el destino te marca,
tengo la esperanza de volver a echar marcha.
En un banco a medianoche de la pieza abandonada,
tan sólo a la luz de la luna,
en el vagón de tercera clase,
viaja tu alma.
Quieta, esperando que abras los ojos,
vi tu figura, tu silueta y tu sonrisa de despedida,
tu túnica y tu traje te hacían única,
te parecías a la virgen maría.
En la estación te dejamos todos,
trago amargo del cual he bebido
y pensamiento inocuo de mi vida.
Un tren a vapor, es la imagen de la muerte misma.
¡Y el tren partió!, ¡Ráfaga a pétalos de rosa,
el humo del vapor daba estelas de tu vida!,
y tú, desde la ventana nos veías.
Te despedías, parecías contenta, por fin descansabas.
¡Sostengo el boleto en mis propias manos!,
algún día estaré yo en esta estación,
el tren dirá mi nombre
y partiré… tal cual lo hizo ella, aquella vez.
Por supuesto… dedicado a mi Abuela Rosa
Q.E.P.D - 23 de Septiembre del 2011
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~Callejón~ [Microcuento]
Allí entre dos edificios, un oscuro pasaje, de malos augurios y temible ante todos, me esperaba. Crucé entonces mirando de reojo la alameda, hacia cada lado, por sobre mi hombro. No había nadie, estaba solo. La angustia, la desesperación, el miedo, y comencé a caminar cada vez más rápido, bajo el cielo, bajo las nubes, el silencio absoluto. Había prostitutas, alcohólicos, fumadores, y música en cada disco, Pub, y local clandestino, en cada rincón, en cada esquina, en cada paso de cebra. Me redirigí de vuelta a la alameda, y de un arranque entre ¡al fin!, por el callejón que había evitado hace un rato, porque me dí cuenta que no era de noche... ahora, era de día.
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~Veinticuatro~ [Microcuento]
Cada mañana me levanto como si no fuera otro el motivo más de mi vida. Abro los ojos, los restriego con ambas manos y bostezo largamente mientras me estiro en mi cama, segundos después lucho incansablemente contra las sabanas que tientan mis fuerzas a aguardar cinco minutos más, pero veo el reloj y ya es tarde, de hecho voy atrasado. Somnoliento, comienzo a salir del colchón y camino hasta el baño, que por cierto queda a sólo veinticuatro pasos al salir de mi pieza, me paro frente al espejo, veo mi rostro cansado y agotado, como si aún no fueran suficiente las ocho horas que acababa de dormir, no… porque me estoy mintiendo, simplemente dormí cuatro horas. Me cepillo los dientes y lavo mi rostro, como ya es tarde tomo lo primero que encuentro y me comienzo a vestir, ajusto la corbata bien apretada, azuleja con rayones de color cían tomo mi bolso negro, sorbeteo algo de café bien cargado y salto por las escaleras sus veinticuatro peldaños.
Como un rayo llego al primer piso, entro a la primera habitación a la derecha, me meto a una cama y vuelvo a dormir. Al final hoy, ha resultado un día más agotador de lo que pensé.
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~Agonía~
Y busqué por sobre tu rostro, tu mirada,
perdida y absorta, ensimismada.
Sesgado sea el deseo de tus pensamientos
y te quedes a mi lado, ¡Que egoísta!
Por sobre una nube oscura,
quiero caminar, solitario...
y que llore, que llore
cuando esta triste.
Entonces, oculto bajo el cielo a gusto,
crucé el arco de mi memoria.
Lancé mil calumnias y maldije mi dicha,
creo que he vuelto a nacer de nuevo.
Tengo vida, pero no vivo,
siento mis manos frías
y siento mi pecho abierto,
tengo vida, pero no vivo.
En otras palabras,
siento a veces que soy todo,
y otras que no soy nada.
¿Que es la vida, sino es en su totalidad nada?
Resumiendo un poco,
resumiendo un poco:
Tengo vida, pero no viv…
Ya no vivo... ya no vivo.
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~La Gloria del Hombre...~
La gloria del hombre empezará cuando los gritos de súplica se acaben, cuando el silencio de los más justos aclamen por los más débiles, cuando la miseria y aberración humana no exista, no en la pertenencia de un uso inmobiliario-material hedonista, sino en la conciencia, con la fuerza del espíritu y del alma como verdad absoluta. Cuando el egocentrismo se convierta en un "egosocial", la ambición de un yo plural, como proyección de la globalidad etopéyica y prosopopéyica de la comunidad. Cuando el auto-conocimiento prime para el desarrollo de la colectividad, no dejando de lado la cosmovisión y la integración de una vida cosmopolita. Entonces, sólo allí, la sociedad comenzará a redimirse.
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-Primera teoría sobre el Amor-
"Quienes creen que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas nada sabe acerca de las uvas" (Paracelso). El amor si es eterno o para siempre, pero el enamoramiento es un todo temporal, es una pasión desmedida, desmesurada, idealizada, hablando casi de un encaprichamiento, mientras que en el amor uno ve a esa persona con sus defectos y virtudes, con su carácter y su persona, y lo acepta tal cual es. Ambos términos se confunden habitualmente, pero uno no está desligado del otro, en otras palabras, hay algo claro: el enamoramiento también es amor, pero es sólo una fase, la primera. Amar es primar por el beneplácito y bienestar en todas las áreas de otra persona, llegando inclusive a ser tan importante como tu persona misma, porque ambos juntos, forman la dualidad de un todo.
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~Cuando el cielo llora~
El Cielo llora porque el ciclo se renueva,
siempre es lo mismo y no existe un quiebre para los dos.
El cielo llora porque no hay retornos ni contratiempos,
todo a su vez sigue su camino, su rumbo,
su cause, la ruta de nuestro destino.
El cielo llora porque de parar no ha podido,
porque una nueva generación ha partido,
un nuevo corazón ha nacido.
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~El silencio del comienzo~
La historia es nuestro legado, nuestra visión y nuestro pasado escrito en errores y descubrimientos, plasmado en la tinta del sufrimiento, con olor a sangre y con olor a acero. Nuestra historia es un rechinar constante de la vida, es un chirrido eterno, es el salitre en un reloj de arena, es la pólvora en una nube negra, es la putrefacción de los sueños en los muertos, es un río de almas, es una serpiente sin cola. Nuestra historia es una piedra sedimentada, tallada a mano y manufacturada, pulida y demolida cien veces, es una valle, un bosque ardiendo en llamas y un campo bañado en violeta y colores grises, es el silencio de una bomba y la muerte que nos persigue. Porque la muerte nos ha perseguido siempre; la historia nos hace fuertes, nos enseña a no volver a caer en nuestros errores, es nuestro marco de referencia y nuestra linea de la cordura, es el sustento de la civilización y una herramienta que a costa de la agonía, nos ha dejado un camino de por vida.