viernes, 14 de junio de 2013

Canción para un Libro - "Cuando abro un libro"

Cada vez que es posible tener la oportunidad y dicha de leer un libro, uno debe ser capaz de percibir las emociones que el mismo quiere transmitirnos, ser capaces de transmutar toda la información recibida y conmover nuestras entrañas. El sentimiento mutuo de la lectura, produce de una u otra forma un enriquecimiento a la persona. Aún cuando debamos leer de forma forzosa, nosotros estamos captando las señales de las letras plasmadas por el autor, de una u otra forma, somos los contenedores de aquello que es transmitido y que en más de una forma, somos seleccionados como herederos de esas emociones y sentimientos.

Cuando abro un libro

Y es que cuando leo un libro,
lo saboreo en si mismo
como miel anaranjada en un cielo de jazmín.
Y mi alma vuela libre,
apacible e irreductible
por el cielo y su confín.

Y es que cuando leo un libro
me siento alegre y triste,
sonrío con cada historia
y lloro con cada final:
¡Y mi morada se traslada
a esa casa encantada
de aquel cuento infantil!

Y es que cuando quemo un libro
es un delito, un genocidio,
destruir aquella casa
que me brindó de su hogar.
Ese universo paralelo,
que me dejó casi perplejo:
¡Hoy se extingue
y yo igual!

Y es que cuando abro un libro,
me vuelvo de tinta negra,
mis sentimientos en palabras
y mi piel se hace papel:
¡Y mi morada se traslada
a esa casa encantada
de aquel cuento infantil!

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