~Libre Interpretación~
Señor lector,
¿puede ver los azulejos cantar
en el firmamento de mis ojos?,
¡Ríndase!, vuélvase un detractor.
Podrá seguir letra a letra,
dormir entre cada verso,
descansar tras cada párrafo,
tomar mis sentimientos por perversos.
¡Y aún así!, donde yo vi un cúmulo disperso,
usted verá no más que manchas y nebulosas,
dibujará trazos en el papel con su bolígrafo,
y dejará impugnas y en cana mis ideas.
Señor lector,
¿sabe la diferencia entre las rosas
más dulces, y el ocre de las nubes?,
¡Cállese!, guarde silencio como buen lector.
No conseguirá entender,
lo que brota de mi inocuo cause de delirio.
De lo que anoto, no sabrá leer,
porque ni yo se lo que dejo por escrito.
Son palabras que emergen de mis pesares,
¡y estas!, son mis disculpas para usted,
por forzarlo a imaginar tormentas entre los mares,
por no darle agua en mis desiertos cubierto de zorzales.
Son mis clemencias aullando entre el frío estepario.
Señor lector,
puedo crear y no deshacer mundos,
porque sólo en su boca,
mis palabras cobraran boga.
Sólo en su boca,
encuentro el consuelo de mis llantos,
Sólo en sus labios,
siguen tibios, mis sentimientos santos.
Señor lector,
¿Puede el silencio escribir a punta y codo
estos versos de locos sin probarse un vestido?,
Al final le debo agradecer, porque por usted,
mis palabras son las que cobran sentido.
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~Maleta~
¿Por qué será que cada vez que cerramos una maleta, nos cuesta hacerlo?, ¿Por qué será que son tan pesadas en su momento?, es que en ese instante, llevamos toda una vida dentro. Es normal que cuando intentamos cerrar la última cremallera del bolso, nos cueste hacerlo, y es normal que pidamos ayuda, porque así vivimos muchos, con el servicio y la mano de una ayuda tartamuda. Tensas quedan las correas, firmes pegadas al hombro y a una espalda que a cargado tanto, que soporta el peso de esta vida que llevamos por dentro. Que este bolso no se olvide de echar las penurias, las alegrías, las derrotas y las victorias, que no se olvide de echar las amistades, ni la familia, ni a los conocidos. Eres un trotamundo, un viajero que se pierde en los humos del vapor, de un tren que está saliendo justo en esta estación. Te veré en la próxima bajada, cuando tu camino alcance al mio, entonces verás que este bolso bajo mi hombro, ha crecido y ni la pizca de mi esencia yo he perdido. Es un pasaje de ida sin retorno, es una maleta cargada de historias, es mi viaje... que ya no acepta ningún soborno.
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(Último Aliento, extracto)
~ [...] Tras el sepulcral sonido de la nada, se mantuvo inmutable, solo y a gritos agargantados que escapaban de los desvarios acaramelados en su propia existencia, dictó el breve discurso que nadie había de escuchar, ni a nadie le interesaba escuchar: -¡Dentro de los espectros que forman mi mundo!, siempre se encuentra la luz para escapar de las cadenas perpetuas, de esas abominables figuras que danzan a tres tiempos y se cuelgan sobre las sogas que mantienen los hilos de mis crucetas, con movimientos que no doy, con actos que no soy, con palabras que jamás dije. Corro en el símil de la habitación oscura, pero no por estarlo, está exento de muebles, con los que choco, tropiezo y sangro, es esa desesperación de pensar que alguien más controla tu vida, es así como juegan haciendo morisquetas y otros que por falsas caras nos engañan en marometas. Todo este tiempo llevaba un antifaz, en el vaivén de los hilos atrapé el filo de una navaja, porque hoy... hoy corto los hilos. Y tu, si tu fiel lector, de una vez... corta tus hilos y vive en tus manos, porque soy yo quien hablo y no quien dibuja mi historia, soy yo... porque has creado un mundo aparte, con reglas apartes, donde diste la única posible existencia de mi vida, fuera de estas letras entre las que camino, sólo yo puedo existir en ti y ser libre... Hoy corto mis hilos- [...] ~
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~Acerca del cuerdo coloquio entre ser nadie~
"Caer entre el cansancio de aquella arena sobre tus ojos, que pesan en tus extremidades, en tus piernas, en tus brazos, en tus palabras, en tus pensamientos, cierran los párpados almendrados y te sumergen en el letargo sueño, de los desvaríos más agrios y dulces. Cabeceas las últimas batallas contra la realidad dura, no puedes quedarte despierto, pronto caes entre las hojas opacas y muertas de otoño, amontonadas en una pila, y sigues cayendo... y sigues cayendo. Estás durmiendo, estás bajo la influencia de tus sentimientos, pronto creas reglas y mundos nuevos, eres dueño y amo en tus sueños, pero ¿qué pasa?, no puedo permanecer cuerdo, ¿Son mis pensamientos, mis ataduras a mi cordura?, ¿Es que mis emociones gobiernan por sobre mi razón?, ¿Por qué no controlo mis sueños?, son míos ... no son de nadie más. Es que no manejo mis sueños, porque estoy despierto, y despierto, no soy nadie, ni controlo a nadie, es como si mis pensamientos fueran presos de ese concepto, en mi mundo no soy nadie, por lo tanto, en mis sueños no soy nadie. Ningún hombre es nadie, mientras viva atormentado por todos sus pesares, al final Todos somos nadie"
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~El secreto de no decir nada, es decir todo...~
"Si pudiera expresar un sentimiento, mis sentimientos en pocas palabras, no habría dialéctica que me abarcara, no habrían oraciones que expresaran, ni tampoco frases cliché que enamoraran. Si pudiera expresar un sentimiento, en pocas palabras, sería igual que no decir nada, porque nada es más hermoso e inmenso, más cariñoso y más tierno, que el silencio de nuestras voces, encendidas y selladas por un beso, por que nada es más bello, que mis ojos viendo los tuyos, mientras todo un mundo suena a espaldas con sólo murmullos"
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~Mi sillón~
"Estaba sentado en medio de una sala, sobre un sofá acuadrillé, relativamente cómodo y sencillo en diseño, nada extraordinario, pero no podía evitar moverme cada dos segundos buscando una postura que me permitiera mantenerme despierto. La textura dejaba al descubierto que habría sido comprado hace sólo un par de semanas, todavía podía olerse la fragancia casi hipnótica que tienen los muebles cuando son nuevos. En la habitación no había ningún otro mueble, su figura rectangular era la única dentro las figuras que podía distinguirse, su acolchado era especial, sus hendiduras eran tan bien puestas para un regocijo aún mayor, aquellos mangos firmes y suaves que daban la seguridad, y a cada segundo parecía que te absorbía entre sus comisuras, aún así, no había nada, era una habitación blanca, y volvía a fijarme en el descubierto azul de la carcasa del declinable que hace rato rechinaba un poco, lo suficiente para no dejarme oír mis propios pensamientos; tampoco había puertas, ni ventanas, era una habitación blanca, donde se ahogaban mis más sinceros y puros sentimientos. No recuerdo como llegué allí, ni tampoco por qué estaba allí, lo que único que sabía, es que sólo existía yo y aquel sillón azul acuadrille, que habían comprado hace sólo un par de días, ese era mi mundo: mi sillón y yo, no necesitaba de otro mundo o no conocía otro mundo, de hecho ni siquiera era mi sillón, porque supongo que cada uno de ustedes, tiene su propia figura de su propio sillón e inclusive, de como soy yo"
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~Esbozando justicia~
La Justicia es proporción, aún en el Derecho, nos vamos a dar cuenta que por más objetivo que queramos ser, por más sistematizados y estructurados, el Hombre, es un ser "ruptualista", se encarga de crear sus propios edificios, para luego botarlos a pedazos por sus propios medios. Somos tan subjetivos, que aún queriendo normar nuestra conducta, es imposible no romper con nuestros propios esquemas, es imposible que nos mantengan en una misma linea, porque llegará alguien, que siempre dará un paso diferente al común de una sociedad. Siempre habrá alguien, que quiera romper con esa equidad.
Si partimos de la premisa que: "no existe verdad absoluta", ¿Como puedo saber que mi forma de pensar es equitativa y justa?, para mi puede serlo, pero para otro no lo es, ¿como puedo entenderme con alguien más?. Yo digo, que sí hay un patrón común, una escala de valores sujeta a todos los hombres, y que todos en cierta manera siguen, pero que depende exclusiva y únicamente de cada uno, adoptar y actuar conforme a su propia formación y elegir esos valores. A nivel de juicio interno, todos combatimos con dilemas morales, todos los días. Pero podemos convivir en comunidad, formar instituciones y asociarnos, sólo porque hay intereses comunes y sentimientos de por medio. Por eso, el hombre cambia, por eso exterioriza su persona, porque busca encontrar a otros de intereses similares, y es susceptible a su entorno. Siempre hemos manejado lo que nos rodea para suplir nuestras falencias, porque somos débiles estando solos. Y es sólo en el momento en que se reúnen varias personas de un mismo interés y con un mismo sentimiento, donde se produce una ruptura. Cambiamos, porque es nuestra naturaleza cambiar todo.
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~Con la cruz que cargo~
"Y allí estaba la cruz, plantada en el edificio del rascacielo más alto, pero no había nadie en ella, ni empresarios, ni auxiliares, ni prostitutas, ni profesores, ni ministros, ni vagabundos, no había nadie en ella, ya no había quien hoy, se sacrificara en nombre de nuestra miseria"
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~Somos~
"Somos lo que nos dicta el deber, el silencio y todo el simposio en nuestro corazón por haber. Somos presos de nuestras propias palabras, llevamos por esposas letras atragantadas. Somos más que figuras, más que sólo sombras, somos más que inadvertidos, somos más que llamativos. Somos quien construye mundos, y aquellos que destruyen otros tantos por llamarlos inmundos. Somos quienes lloran, somosaquellos que desean, los que piden pan y aquellos que sólo tienen sed, somos los vagabundos, somos las palomas revoloteando sobre la plaza central, peleándonos por migajas de pan, del pan que un anciano jubilado nos ha de dar. Somos más de lo que no somos, pero no somos más de lo que somos. Y eso que soy, sólo eso puedo dar, todo esto es lo que soy, todo esto es lo que doy... Somos más que media trompeta, somos más que negro entre la noche, somos vida, somos sentimientos, y por qué no, también malos pensamientos."
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~Pesadilla~
Hay abominables rostros disfrazados
sobre la cal de un mar ahogado en lágrimas,
son espasmos que tiritan bajo la lluvia,
en las tonadas de la sangrada melodía.
Son estas palabras un cúmulo de ripio,
que dan figura a las sombras de un abismo,
marchan las grandes figuras fucsias de espurio
en una montaña pulida por lijas de papel.
Las nubes creadas de carbón,
que chocan contra el suelo como granizos
y estallan en polvo del espacio,
donde mis sueños sienten miedo.
Un gatillo es jalado
por hilos amarrados a zainos,
somos carne de nuestros deseos,
expuesto a vivir los miedos.
Es la danza de un mundo apócrifo,
es un bastión de sangre bajo tierra
que hierve como lava en marea alta,
y muerde en burbujas de pesadillas negras.
Es la ciénaga más oculta dentro de
un bosque de árboles hablantes,
con brazos de astillas pulidas
y pájaros muertos sin sus ojos.
No hay gritos, hay llantos que saltan,
rompen el eco que ya no repite,
tiene voz propia y yo sólo corro
sin llegar a ningún lado.
Criaturas aborrecibles y guerreros exánimes,
que duermen en su propio sueño,
que aterran mis grandes fuegos.
Despierto en mi cuarto a media noche,
con el pecho agitado y mis ojos exaltados.
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~Pensamientos Exiliados~
Hay pensamientos que yo no noto,
son esporas flotando en el áspero aire,
espinas con medicina, rosas vestidas
de espigas, franelas que no respiran.
Sin guantes sostuve una rosa,
no pude aguantar empuñarla,
la mano entera me ha magullado,
mis heridas me llaman a la calma.
El veneno me ha inyectado,
que como una dosis de morfina,
mi cuerpo ha domado,
una astilla en mi corazón se ha alojado.
Mis arterías van quedando secas,
el veneno se ha disuelto en espuma,
mis pulmones alojan suspiros,
mi garganta sólo pide vino.
Hay pensamientos que están rotos,
que escapan de mi lengua quemada,
que no volverán, han decidido emigrar,
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~Pan y Circo~
Hay silencios sepulcrales vestidos de luto,
bañados por un carmesí susurro de lágrimas.
Se supone que grite todo en una bolsa negra, ¡escupiendo!,
vomitando palabras que en vista han ser de benditas.
Han de mantener el sentido de un río en una callejuela,
que por piedras lleva pancartas y por peces cultura.
Suena una voz rotunda, ¡todos menos yo gritan hurra!,
Ahora el río se ha secado, sólo ha quedado el asfalto llano.
Una caravana media oxidada, adornada de baratijas
llega a la ciudad pidiendo ser vista por unos cubos.
Hipnotiza una luz dulce, ¡muchos ríen como lagartijas!,
Han sabido con la risa dejarnos a todos mudos.
Nos encajan a golpe promesas en la boca,
sin un vaso de agua, para que nos cueste tragarlas,
y mantienen nuestras voces calladas con sólo rocas
que mantengan el silencio para después atarlas.
Dentro de la carpa giran las luces sobre los ojos,
dejan colores y fragancias perfumadas.
Comiendo palomitas azucaradas a su antojo,
un domador es devorado, por un león desenjaulado.
Trapecistas que vuelan, dueños del cielo,
brincan orgullosos por las voces de asombro.
Aparecen payasos que ríen porque caemos en el cebo,
el anzuelo tomamos, y nuestras desgracias al hombro.
El circo se ha acabado, poco a poco la carpa se vacía,
las luces atónitas son apagadas, y las personas por fin respiran.
Sólo bastaron un par de minutos
para escuchar la música que hipnotiza,
las luces se encendían y el show nuevamente partía.
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~Servicio Público~
Y en un hogar empezó mi enfermedad, sin apuros,
con lentitud, caminó una sonrisa casual.
¡Y así!, de un momento a otro, mi corazón dejó de latir,
porque la vida me salió muy cara para vivir.
Con una copa de margarita y un trago de whisky,
surco la carretera en un ambulancia bohemia.
Navego y curso los siete pasillos, sobre mi barcaza
de sábanas blancas y por remos llevo morfina.
¡Hemos perdido al paciente!
Se empañan los vidrios entre los escombros
del fuego abrasador que calcina mis recuerdos,
¡Peligro en la calle Todo los Santos!, Una autobomba
extingue la tonada anaranjada de una ambulancia.
¡Incendio en la hoguera de un cuerpo muerto!
Una patrulla cerca el abismo de mis agonías,
llantos opacos, sentimientos ultrajados.
¡Atención a todas las Unidades!, ¡Asalto en proceso!,
Un disparo cavó la tumba de la noche.
¡No hay culpables, el sospechoso ha quedado libre!
¡El caso está cerrado!,
el tribunal no abrió las puertas.
El culpable fue perdonado,
y las personas han quedado muertas.
Las oficinas se han ido de fiesta,
el servicio es un papel arrugado,
porque se ha perdido la confianza en la palabra,
la vigencia de nuestra voz hoy ha caducado.
Nos dicen que guardemos silencio,
pero el silencio es gratis y tiene precio,
¡No hay silencio!, ¡No hay voces
que no lleguen a los oídos necios!
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[Sobre Cinco Microcuentos que nadie ha de contar]
~Petaquita de Vidrio~
Quiero caminar más rápido y seguro, entre la penumbra y la eterna sombra de los abismales árboles, con figuras abominables que parecen tragarme en cada instante, bajo el manto estelar opacado por las luces de la ciudad en su apogeo nocturno. Sobre la oscuridad bohemia, mi pecho se acelera, mi garganta se seca y mi bolsillo ha quedado vacío, cruzo el puente para llegar a mi casa y no recuerdo más. No me quejo, ha sido una buena noche, después de todo... volví a amanecer tirado en la misma plaza donde por primera vez me emborraché.
~Le tengo la última copucha…~
La misma noche en que Jaime, el feriante, se había metido en la cama de Doña Victoria, la Sra. María ya sabía todos los pormenores de la copucha. Que la tomó de los brazos le contó a Bárbara –su peluquera-; que la sujetó fuerte de la cintura se enteró Don César –Dueño del almacén-; que la tocaba sin despegarse de ella, le contó a su comadre, “la Vichi”; y a cuanto vecino viese, la historia se hizo cada vez más jugosa. Al final, toda la pobla supo que se habían cagao a Don Juan: Su mejor amigo, con su esposa.
~No tan rutinario~
Víctor solía salir de su trabajo rutinario todas las tarde rutinarias de su vida rutinaria. Llegaba a casa cansado, tiraba su gabardina, tomaba once en familia y preguntaba casi automáticamente lo mismo: ¿Cómo te fue en el colegio?, se sentaba sobre su sillón y encendía el televisor. Se lanzaba a la cama y se largaba a dormir, su esposa hacía un mes que lo estaba engañando con el vecino. Despertaba y volvía hacia su trabajo rutinario; pero una tarde no tan rutinaria de su vida ahora no tan rutinaria, se atrevió a tirar del gatillo, lo había asesinado la rutina.
~Socializando~
Ese día Manuel hablaba muy airadamente con una muchacha que había conocido hace poco. Sostenía el vaso de forma gallarda mientras apreciaba a la bella mujer y la impresionaba con sus elocuentes comentarios, ella por su parte solo se reía, ya habían pasado dos horas conversando. Su cuerpo se encontraba en una posición holgada y cómoda, claro, como era de costumbre, no solía molestarse mucho en verse bien arreglado. De un momento a otro se disculpó y dijo: “Dame un momento, vuelvo en un rato”, se levantó abruptamente y salió de su cuarto sin antes presionar el “Enter”.
~Soy libre, no cesante~
José trabajaba presionado por su empresa, tenía que cumplir con cierto porcentaje en ventas para que su sueldo aquel mes fuese algo mejor que el anterior. Allí era vendedor de repuestos, era cajero, era programador, era secretario, era mecánico, era electricista y era auxiliar, donde lo mandasen el debía hacerlo. Ya no disfrutaba de su familia, ni de sus programas favoritos, no había tiempo para nada, el trabajo lo había privado de su vida. Un día lo despidieron, aun con todos sus años de servicio, el único acto libre que hizo, fue golpear a su jefe.
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~El llanto de todos los días~
El viento grita y los recuerdos vuelan contra las ráfagas violentas, se azotan contra los tejados de las casas abandonadas, y quedan atrapados en telas de araña y nidos de rata. En la penumbra de la dama negra, las lágrimas del cielo caen desesperadas, angustiosas por caer al suelo y estrellar el sentimiento roto contra el pavimento, son las agonías de una triste melodía, es el coro de los relámpagos sonando a destiempos, las luces han de aparecer fugaces, como esos dulces momentos. La oscuridad reina y es aquel hilo sedoso y amarillo el que resquebraja las nubes, acribillándolas, como aquellos sueños de infante, de esos que vendían nuestras fantasías a la vuelta de la esquina. Amarga es una noche, sin la adecuada compañía; triste es el silencio, sin un abrazo de por medio; Consternado son los ojos, sin nadie a quien mirar adentro; vacío son los días, sin creer en ninguna profecía. Relatan las gotas cada historia exclusiva, pero a nadie le importa, es sólo una entre la lluvia que yo veía, es sólo una que ha caído contra mi ventana, que se desliza de un lado a otro, que me observa y queda gravada entre sus cristales. Yo la escucho, y me admiro, una lágrima del cielo, no es diferente a una lágrima del alma; Mis llantos no son diferentes a cada lluvia. Estoy aquí, viendo como el agua cae sobre un charco, sentado en media banca de una plazoleta, por un momento me cubro bajo un paraguas, pero en otros ya no hace falta... pareciera que lloviera dentro y fuera del alma. Veo mi rostro, y al final no sé si son lágrimas o es la misma lluvia que ha llegado a mi cara. Me escondo bajo ella para que no note la diferencia, no sé si es la lluvia o es el llanto el que ha incinerado toda mi presencia.
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~Declaraciones de un Loco, Defensa de un desquiciado...~
Me acusan de estar sujeto a la locura, disponer de armas por sueños y disparar sonrisas puras. Me acusan de cargar todas mis armas, de usar por balas las buenas palabras, de asaltar con situaciones hilarantes, escabullirme entre la gente con alguna broma pertinente. Me acusan de volar entre las nubes, delirar con algodones dulces, y hablar con la mirada. No es mi culpa señor Juez, no poder quedarme quieto, cada vez que miro a un lado y veo a alguien que está muerto. Es pronto su veredicto si me ha llamado loco, no soy enfermo, ni un desquiciado, sólo quiero que usted entienda, que yo asalto con caramelos y entrego sonrisas por enmienda. No es mi culpa señor juez no poder quedarme quieto, cada vez que miro a un lado y veo a alguien tirado; no es mi culpa no poder quedarme quieto, cada vez que veo alguien que aún cree en amuletos. No me juzgue por como soy, ni me mire por como visto, ni tampoco vea como camino; porque sólo entenderá mi aparente estupidez, cuando vea a alguien por mí, reír alguna vez.
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~Se lo que quieres decir~
Escupe hacia mi cara tus palabras rotas,
esas que contienes sepultadas en tu boca.
No guardes los cuidados de dañar tu apariencia,
sólo dime lo que ves, cuando reparas en mi presencia.
Se que escondes bajo esa mirada inquisitiva,
los conjuros que elucubran toda una avenida.
Esos insultos ocultos en tus abrigos,
bajo tu bufanda y tus zapatos de cuero fino.
Grita con rabia sobre mi rostro de hombre muerto,
descarga toda es pena que hay en tus sentimientos.
No procures en guardar nada, ni un sólo resquicio,
ten presente que soy yo y mis actos adventicios.
Te lo advierto, soporto el silencio y todo el ruido,
cierro los ojos y escucho todos los gritos.
Se que no tengo culpa de esos sueños rotos,
me contengo a escucharte, porque quiero ayudarte.
Mira, detente a observarme,
date media vuelta y vuelve a mirarme.
¿Que es lo ves dibujado ahora?,
No me digas que eres ciego:
¡Eres tu!, el que se ha mirado por sobre un espejo.
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~Por donde no habrás de caminar~
Y será el eco del silencio dormido,
la apacible ternura de la sombra oscura,
el coqueteo cómplice de tus pasos,
que se oyen sobre la mesa
de compañía, en tus ojos acaramelados.
Es el racimo agrio de las uvas,
es tu sangre impregnada en tus hojas.
No hay ninguna culpa en todos tus actos,
solo dolores de sobresalto,
en una orilla, en un rincón sucio y olvidado.
Siento los placeres culpables
en la perfumada tonada de los delirios,
son mis gritos de desvaríos,
son tus juegos, jugando conmigo.
Llaman a sueltas las mortíferos estoques,
donde los principales azulejos,
miran maravillados la soledad del pasillo,
el que tu olvidase, el que dejaste,
el que jamás miraste.
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~Tus mentiras y tus engaños~
Son ásperas serpientes las palabras populosas,
que emanan de tu boca como vertiente de agua dulce.
Son mero ases fugaces en la falsa esperanza
de la ironía que cautiva mi ingenua ignorancia.
Tratan a golpes crudos esa escoria de este mundo,
llamando a campanadas los tres cuartos de mi alma.
Se que esas palabras son sólo de apariencia,
no importa, me engaño solo, también por apariencia.
Tejes y calas hondo en mi cuerpo vacío subyugado,
plácidamente encuentro un rincón donde quedarme.
Que como arañas tejes y yo quedo atrapado,
entre la mitad de lo que soy y de lo que me has hecho ser.
Se la diferencia en tus astutos engaños,
de tu boca tapada por tu mano izquierda.
Y es la derecha la que intenta en un acto frustrado,
quitarse la pena, moviéndose de lado a lado.
Conozco muy bien todos tus sucios juegos,
que como no sé engañarme para seguir creyéndote.
Respeto esa mentira sedosa y también las creativas:
Pero se leerte con solo ver la luz de tus ojos.
Que esas ratas que escarban en la basura
son presa de las serpientes de tu propia usura.
Y esas telas que las arañas dejaron, ¡se irán pronto!:
se avecina la lluvia,
y se disolverán entre las gotas de la amargura.
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~En el río Calle-Calle~ [Microcuento]
"Aún vestida de espuma: salió danzando la Luna, que nadando en su propia locura, se escondió en el ropero desnuda.
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~Yo no quería~ [Extracto]
"Era como la mañana aquella, donde la soledad de invierno abrazaba la piel de una ventana mojada. No sabía si era mi aliento el que empañaba el vitral o el calor de la chimenea al otro lado del cristal. Afuera era sólo un abrigo blanco y todo mi cuerpo tiritaba, no porque necesitara algo de calor, sino por lo que estaba apunto de hacer: Sobre la mesa, al otro lado del vidrio, había un poco de jamonada y un par de hogazas de pan amasadas. [...] Y yo seguía tiritando, pero ahora no por los nervios de mi primer hurto, sino que por el frío de mi indiferente existencia para los demás. La única vez que yo me sentí vivo, fue en el momento en el que sostuve ese pan en mis manos, y por ese breve e insignificante momento: yo existía para alguien, por primera vez en mi vida, alguien se fijaba en mi."
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~Resquicio~
Hay títeres rasgando los cielos,
usando colchones negros,
saltando entre vivos y muertos,
jugando sin juicio con mataperros.
Es la iracunda pasión permisiva
de las noches trizadas por piedras.
Sentado en la media luna escribiendo,
los versos con tiza a la izquierda.
No hay zarpadas en la ilusión delirante,
es el filo de las dulces luces,
cambiando a segundos en horizontes,
el desquicio de los sueños embriagantes.
Ramificas la miseria de estrellas,
soltando carcajadas de pena.
Llamas a la noche aullando,
¡como un hombre!:
que ha perdido todo cantando.
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~Romeo santiaguino~ [Microcuento]
Shakespeare tomaba un par de copas en el restaurante de la esquina, mientras uno de sus personajes saltó de sus libros y corría por la cantina. De un lado al otro se movía tal galante caballero: medio aseado, y medio educado. Corrió sagazmente con su gabardina arrugada, tomó dos micros para llegar al metro, y estuvo esperando hora y media sentado. De tanto correr llegó a un barrio muy pituco, y al ponerse bajo la ventana de su amada embarazada, salió ella gritándole desesperada: “¡Manuel, Manuel, sale de donde estas, que no te vean!”, y el disparo crudo atravesó el pecho del valiente enamorado. El padre quedo en libertad ante el tribunal sin mucha certeza, claro: El era de la Pintana y ella de la Dehesa.
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~¡Extra!, Fiesta Animal~
Salió en el diario oficial una mañana, una fiesta muy particular: Entró un cerdo galardonado, con un traje muy bien cuidado, a la fiesta del chiquero donde había sido invitado. Toda la ilustre granja entraba en la alfombra roja, una gallina con traje de plumas, y un gallo con corona roja. En la puerta dos grandes bueyes y en la tornamesa un pavo inquieto. En el bar un asno hábil y en la banda un zorro astuto con guitarra, cantaba una oveja coqueta, un pato medio loco tocaba la batería y una vaca muy emotiva presionaba suave el bajo. A media noche, fue echado a patadas y golpes un conejo terco y saltarín por ebrio y maleducado. Cuando la fiesta terminó, sólo una foto grabó como la yegua se iba en el auto de un toro bastante elegante. Al otro día: ¡despidieron al periodista, lo echaron por sensacionalista!, por llamar cerdo al alcalde y grabar el momento exacto en el que su esposa lo engañó con su amante.
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~El dolor de una lágrima~
"Entre el crujido de las ramas golpeando la ventana, soslayando la neblina al estupor de un cigarro, y la soledad abismante en la miel del frasco medio abierto, al centro de la habitación retorcida de pensamientos, en la aquiescencia intrínseca de una herida patológica, y frente a las sombras tenebrosas que figura una cortina desgarrada, sobre el sofá rojo de cuero, con hendiduras de plata y una pata media coja. El azote del techo contra el zinc, entre las tejas y las ratas, entre los gritos y el viento que corría por los árboles viejos de otoño. Ese era el paisaje de mis ojos derrotados, aquella era la imagen que tenías al ver por ellos, al entrar en mi vista."
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[Acerca de cuatro Microcuentos: ¡Como vuela una idea!]
~Vergüenza de marino~
“Manchada estaba mi daga envenenada por la sangre dura y viva del último tripulante, sin precio, ni el tiempo que ningún botín pudiese aguardarme. Zarpé aquella noche entre escaramuzas, entre la niebla que ha marcado mi vida, en mis pensamientos de vaivenes desiertos y enraizados; y voló raudo el barco sobre el mar de la tristeza, partió del puerto de angustias y nadó con apuros en las olas de lamentos. Al cruzar la línea desconocida por el hombre ingenuo, caí del cielo en el abismo del mundo plano: Entre aquellas aguas de piratas y criaturas, llegó a mi encuentro una tormenta llena de torturas, entre palos y tablas del asta más alta, se hundió mi cuerpo en la cuenca de mis miedos.Algo húmedo se sintió entre mis piernas, y abrí los ojos de golpe a media noche en luz de luna, y allí estaba, sentado a medio dorso fuera de las sábanas, a salvo de piratas, de monstruos y de marinos, pero todavía a mis treinta y cinco años mojaba la cama, quizás por eso no lograba todavía nada.”
~Brújula~
“Tardé veinte años y medio en darme cuenta: que mi brújula no marcaba mi norte”
~Promesa Americana~
“Y cuatro milenios y medio después, por excavaciones arqueológicas, despertó el faraón Keops, de su pirámide de ultratumba, de su sueño eterno hecho momia. Caminó por el árido desierto y vagó por países de Asia, azotado de guerras e injusticias, llegó como tripulante a un barco de carga clandestino, y fue a parar a una isla del nuevo mundo, estuvo medio año en Cuba y huyó con una familia costera, llegó como inmigrante a las costas de Nueva York y fue a caer a un bar de barrios bajos, se emborrachó con trago barato y quedó tirado en la calle. Después de su rehabilitación, cayó en la droga, se compró un celular, unas zapatillas y unas gafas de sol, consiguió un trabajo a medio día en un local de comida rápida, consiguió una novia china, una casa barata, quedó pagando impuestos y viviendo entre la basura. Pero no importa, esta era la promesa americana, por eso cuatro milenos y medio antes, había decidido aislarse en su tumba”
~Quijote Islámico~
“Y el valiente Hidalgo islamita, en un acto de barbarie contra Estados Unidos; tras navegar en barcos, volar en aviones y viajar por metro, después de comer una hamburguesa en el Mcdonals y sacar una tarjeta de crédito, se lanzó contra las torres gemelas el día 11 de septiembre del 2001, pero fue apresado y golpeado, maltratado y torturado. En la cárcel y tras las rejas sólo pudo argumentar que eran gigantes”
Es esto, entonces, lo último que me queda decir de mi mundo durante mi joven escritura, a la cual espero se vayan sumando mis nuevos días y de la cual pretendo ir creciendo para entregar con orgullo cada trozo de mis versos y palabras. ¡A lo sumo!, espero esta parte de mi vida no sea un insulto para quienes leen, sino todo lo contrario, una pequeña parte del proceso evolucionario de este pasatiempo que se ha de ir convirtiendo en mi propia vida, mi propio mundo y que me acompañará hasta más allá de la tumba, ¡y aún en eso!, mis creaciones son desagradecidas, pues no han de morir conmigo, ¡Su autor quien les dio la vida!, sino que las muy astutas crearán con el tiempo su personalidad propia y su eternidad propia
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